Me siento La Chiqui Legrand

Y bueno, que resulta que me pintó volver. Después de varios meses de abandono de este blog y también en el otro, el del la etapa depresiva, que no funcionó, por suerte.
Que qué anduve haciendo en el medio, se preguntarán? No, no se lo preguntarán pero no importa, yo cuento igual:
Estudié mucho, me rasqué mucho, me recibí, me separé, sufrí como una perra condenada, me volví a juntar, alegría y fuimos felices y comimos perdices, coordiné talleres para adolescentes, lloré mucho, me reí hasta que me doliera la panza, vi nacer a tres sobrinos de la vida cuyos cachetes he masticado en más de una oportunidad, encontré amigas más que valiosas, me alejé definitivamente de muchas situaciones y personas que tuvieron que ver con mucho sufrimiento, junto con esa baja asesiné a Chevechita, y dejé que aparezca Cla (Clara es mi nombre, pero también es lo que quiero ser), me hice un par de escapadas findesemaniles, crecí por dentro, crecí por fuera (engordé, bah), me descubrí dragona, hice feliz a alguna gente, recibí toneladas de felicidad, dejé mi primer laburo (en el que estuve más de cuatro años), empecé a trabajar en lo mío, grité mucho, disfruté algunos recitales, especialmente uno que fui con la peque, dejé la terapia y seguí alimentando mi neurosis, habré cambiado involuntariamente de celular unas cuarenta y cuatro veces, dormí mucho, luego junté ojeras, volví a tejer, volví a leer sólo por placer, vi mucho teatro y algunas pelis lindas, conocí muchos lugares nuevos, muchos blogs nuevos, me enojé y me desenojé con la vida, hice balances y me dieron positivos, cumplí años...
A los que tengan ganas de compartir de vuelta algunas de estas cosas conmigo (un poco menos vomitadas que ahora, esperemos) les doy nuevamente la bienvenida (y van...) a este espacio. No puedo prometer ni cantidad ni calidad, y lo saben, no soy escritora ni pretendo serlo. Sí puedo prometer sacar todo con fritas.