Sale con Fritas

Decididamente, un Blog Facilista.

lunes, agosto 29, 2005

Ese jean rayadito

Probé comer sano. Probé pasármela con hambre. Probé visitar diversas nutricionistas, que me aconsejaron brillanteces como “vos tenés que hacer un cambio integral en tu vida como Lilita Carrió, que va a nadar dos horas todas las mañanas” (voz en off saliendo de mi cabeza: yo le pregunté que podía comer, señora, no si le gustaba mi vida).
Probé la dieta de la NASA y la de la Fuerza Aérea. Hasta llegué a considerar la loca, loca idea de volver a poner un pie en un gimnasio, idea que obviamente fue descartada, anulada y finalmente temida más o menos a los 5 milisegundos de su aparición.
Me hice amiga de las barritas de cereal y me enemisté nuevamente con ellas, por nuevo consejo de la gran sabiduría de las nutricionistas: “las barritas de cereal no te llenan y engordan igual, ¿por qué mejor no te llevás una mandarina?”. Claro, claro, dije, y enseguida me imaginé en el laburo: “permítame su credencial, señor, firme acá por favor, tome asiento que el doctor enseguida lo llama, ¿no quiere llevar también un ramito de perejil, o unas batatas, que están de oferta?”.
Me dediqué a comer pastitos de todas formas y colores. Me enamoré de la sopa quick de arvejas. Compré única y exclusivamente productos con envases color verde. ¿Vieron? parece que en packaging, verde significa “Diet”.
El caso es que, no sé muy bien por qué de estas cosas, logré bajar algunos kilillos de los que me sobran. Y para demostrármelo a mí misma, el otro día fui hasta el uuuuuúltimo cajón del placard y desempolvé el jean rayadito. Ese. El último que logré comprarme en una casa que no fuera de “talles especiales” (que lindo eufemismo ese, ¡como si ser gorda tuviera algo de especial!). Ese que yacía inerte más o menos desde el año 2000. Como fue que no lo tiré a la miércoles, me pregunto todavía, sobre todo habiendo atravesado una mudanza en el medio. Pero bueno, ahí estaba.
Lo miré. Me miró. Nos miramos. Momento de tensión (agreguen ustedes en sus cabezas el chan-chan chan-chan). Creo que hasta lo vi temblar al pobre.
Me lo probé. Y no sólo me subía sino que encima me cerraba!!!! Y más todavía, podía respirar dentro de él!! Para hacer uso de esta nueva habilidad, ambos respiramos aliviados. Momento de alegría y emoción (musicalicen si quieren con algunos de esos temas que se usan para videos de 15).
Muy bien. El mediodía entonces me encontró feliz y contenta adentro de mi jean rayadito. Y qué hago para festejar? Llamo a la San José y me pido tremenda porción de ravioles de ricotta!!!
Dios mí, acabo de ver todo claro. Voy a ser una pequeña ballena toda la vida.

5 Comments:

  • At lunes, 29 agosto, 2005, Anonymous Anónimo said…

    probando

     
  • At lunes, 29 agosto, 2005, Blogger El Campeon de Bragado said…

    ¿Probando que? Por lo que dice acá mi hijia probó de todo (alimentisticamente, claro) y aunque ella dice que no le funciona, el pantalón le entró como a caperucita...

    Caperucita no... la otra... ya saben, la que andaba ahi rasqueteando los pisos...

     
  • At lunes, 29 agosto, 2005, Blogger Pat said…

    Campeón, la de los pisos es Cenicienta... :-P

     
  • At lunes, 29 agosto, 2005, Anonymous Anónimo said…

    El comentario anónimo que dice "probando", ¿estaba probando los ravioles? ¿Las dietas? ¿El pantalón?

    Clarucha, mi vida, por más que sea verde y se venda en el super, ¡NO TE TOMES UNA BOTELLA DE ARIEL! :)

    Y sí, se te ve muy mona con tu ropa de hace 5 años. ¿Te das cuenta que sos un susto terrible para una chica Cosmo? ¡¡¡Más flaca pero con ropa vieja, que horrooooooooooooorrrrrrrrrrrrrrr!!!

     
  • At viernes, 02 septiembre, 2005, Anonymous Anónimo said…

    Patito, si para el casmpeón de Bragado, La Bella Durmiente es la que se pinchó con la manzana, la Caperucita bien puede limpiar pisos. Que se curta, carajo, que labure! La abuela ya esta vieja para esas cosas, y más si se tiene que defender de un lobo!

     

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