El invierno

Aunque todavía no estamos oficialmente en invierno sino en pleno otoño, con la semana santa estrenamos el frío.
Y la verdad que el invierno es una cagada, para qué mentir. Nos enfría, nos enferma, nos aburre, nos llueve encima todo el tiempo, nos hace salir cuando todavía no amaneció y volver a casa cuando ya es de noche.
Sin embargo, hay algunas cosillas que sí me gustan y mucho:
*Usar bufanda (no sé por qué pero aaaaamo la sensación de la lana suavecita en el cuello)
*Reencontrar los abrigos y las cosas que siempre me olvido en los bolsillos
*Andar con el pelo suelto y que no moleste
*Las sopas, los guisos, las lasagnas y todas esas cosas que mi mami hace sólo de vez en cuando y cuando la temperatura baja de 10 grados
*No tener que depilarme, siiiiii!!! (ufa, esa me la arruinó el vicio que me agarró con la natación)
*El solcito del mediodía que te pega en la cara y no te carboniza viva
Y por sobre todas las cosas...
No me digan que una cama, con las sábanas bieeeeen suavecitas y muchas muchas frazadas pesadas no es el mejor lugar para estar una mañana de domingo!!! (bah, o cualquier mañana, solo que las de domingo son las únicas que puedo buaaaa). Y ni hablar si entre las sábanas hay un guapo muchacho dispuesto a hacerte mimos mezclados con fiaca, pero aaaaaaahhh eso ya es otra historia...