Sale con Fritas

Decididamente, un Blog Facilista.

viernes, noviembre 25, 2005

Arroro mi niña

Si la escuela es el segundo hogar, el bondi es la segunda cama.
Este cuatrimestre me dormí todos y cada uno de los viajes en colectivo que me tocó hacer.
Qué suerte que en mi parada se bajan todos, hacen mucho lío y me despiertan.

sábado, noviembre 19, 2005

Esta gente SI que sabe de Marketing!!!

El otro día, en pleno fervor de fin de cuatrimestre (lo cual me tuvo alejada de acá todo este tiempo), Chevechita decidió que ya que había llegado el calor, quería una de esas musculosas tan monas que tiene todo el mundo ahora con el bordecito plateado, así era algo más o menos neutro que pudiera usar con las polleras hipponas multicolores.
“Es una comprita rápida y me vuelvo a los apuntes”, se dice a mí misma. Bueno, muy bien. Entró al primer negocio que las vendía.
Precio? $10. Sale con fritas.
Hay blanca? no.
Negra? No, celeste querés?. Bueno, el celeste se la banca.
Se la prueba, puaj!!!! horrenda le queda. Desilusionada se dirige a la próxima casa de ropa, donde sabía que no iban a tener las de brillitos, pero bue, ya estaba en el baile y el recuerdo de la pila de apuntes de Nivel II abandonados le pesaba en la conciencia.
Muy bien, trámite rápido, piensa Cheve.
-Tenés musculosas?
-Sí, escote en V, cuello redondo, manga no se qué, corte americano....
-(Oh Dios, si supiera qué pomo quiere decir todo eso no seguiría usando la misma remera apestosa de Asterix del año 99, piensa Chevechita). Bueno, pasame una de cada.
-Blanca, negra, roja, verde, amarilla, rosa, cereza, celeste, turquesa, naranja o violeta?
-Bueno, no sé, roja, negra, celeste.
-Qué talle?
-Y, dame un L.
-L, para vos????
-Uffff (Chevechita suspira hastiada y revolea los ojos). Bueno, dame un XL.
-Noooo, si con un M te tiene que andar, si son amplias, mirá.
-Bueno, no sé, dame lo que quieras.
Cheve se prueba la M y ooooh sorpresa descubre que le queda grande. Azorada, va hasta la megapila de musculosas y agarra una S. Va al probador y ya con los ojos desorbitados descubre que la remera S cubre todo lo que la decencia y las buenas costumbres exige que se cubra, por primera (y muy probablemente última) vez en su vida, y por obra y gracia del señor fabricante de remeritas que entendió como funciona un espíritu femenino con ganas de evadirse de sus obligaciones.
Chevechita se siente la diosa del verano, flota en su nube de pedos hasta la pila y elige una, dos, tres CUATRO!!!! Remeritas.
Vuelve a casa sonriente, estafada, y con su triste caja de ahorros considerablemente mermada por su propia inconsciencia.