Hay que saltar, hay que saltar....
Ya sé que vivo en un tupper, pero hoy fue la primera vez que fui a una marcha del 24. Primero no me dejaban, después no me animaba y después caía día de semana y no me podía fugar del laburo para ir. Sí había ido a alguna que otra marcha de la facu pero no es lo mismo...
Así que bueno, mi salida del tupper tardía me dejó un montón de imágenes y recuerdos que tengo ganas de compartir así todos mezclados como están. Para informarse sobre lo que pasó, están los diarios. Este no va a ser en lo más mínimo un relato objetivo.
Yendo en el 86 para Solís e Hirigoyen, donde me tenía que encontrar con mis compañeras de la facu, me veo Hirigoyen cortada al 2400. Mierda, pensé, si ya desde acá está cortado, tremendo desbole va a ser. Y no, era el pelotudo pelotudín pelotudísimo de Nicolás Repetto y su programa pedorro. Digo yo, tan en la nube de pedos vive ese hombre y todo su equipo de producción como para no avivarse de mantenerse más o menos a distancia de Congreso el 24 de marzo???? Eeeeeen fin.
Pero bueno, el caso es que no había nada más cortado, y llegué al toque a encontrarme con las chicas. Al lado nuestro había una señora de unos 80 años que le hicieron un lugarcito en la escalinata en la que estábamos para que se sentara. Esa señora, después, marchó como todo el resto.
Tardaaaaaamos en arrancar. Habíamos quedado en salir abajo de una bandera de organizaciones de derechos humanos que concentraba en esa esquina pero nunca aparecieron, así que nos quedamos abajo de una de una agrupación de mi carrera. Igual nos duró como tres minutos, porque en seguida se quedaron estancados por ahí, y nosotras decidimos seguir viaje.
Al lado nuestro, durante gran parte del trayecto, venía una nena que no tendría más de seis u ocho años y que se había hecho su propia pancarta: Con Jovis de todos colores y la letra todavía un poco chueca, había escrito "Nunca Más Hambre".
Fuimos un buen trecho al lado de la columna de madres y su bandera larga con las fotos de los desaparecidos.
La verdad que oir a miles y miles y miles de personas cantar todas juntas te hiela un poco la sangre. Al menos a la gente del Tupper, como yo.
Llegamos a la plaza, bah, al Cabildo, porque más de eso no hubo forma de avanzar, justo a tiempo para escuchar la carta abierta de Rodolfo Walsh. Me impresionó muchísimo que algunos pasajes siguen tan vigentes, que las que llegaron más tarde y no llegaron a oir el principio pensaron que era un discurso de hoy.
Nos fuimos unos minutos antes de que pasara lo de las Madres, que no las dejaron hablar. Que vergüencita ajena, Dios. Qué tan difícil puede ser ponerse de acuerdo en repudiar lo más horrible que nos pasó como país y ya?? No se puede por una vez dejar de lado los matices????
Bueno, que sé yo. Yo me quedo con la versión que dice que, a pesar de ese episodio lamentable, esta tarde fuimos cien mil personas reunidas en la plaza, y fue una tarde recordable.
Así que bueno, mi salida del tupper tardía me dejó un montón de imágenes y recuerdos que tengo ganas de compartir así todos mezclados como están. Para informarse sobre lo que pasó, están los diarios. Este no va a ser en lo más mínimo un relato objetivo.
Yendo en el 86 para Solís e Hirigoyen, donde me tenía que encontrar con mis compañeras de la facu, me veo Hirigoyen cortada al 2400. Mierda, pensé, si ya desde acá está cortado, tremendo desbole va a ser. Y no, era el pelotudo pelotudín pelotudísimo de Nicolás Repetto y su programa pedorro. Digo yo, tan en la nube de pedos vive ese hombre y todo su equipo de producción como para no avivarse de mantenerse más o menos a distancia de Congreso el 24 de marzo???? Eeeeeen fin.
Pero bueno, el caso es que no había nada más cortado, y llegué al toque a encontrarme con las chicas. Al lado nuestro había una señora de unos 80 años que le hicieron un lugarcito en la escalinata en la que estábamos para que se sentara. Esa señora, después, marchó como todo el resto.
Tardaaaaaamos en arrancar. Habíamos quedado en salir abajo de una bandera de organizaciones de derechos humanos que concentraba en esa esquina pero nunca aparecieron, así que nos quedamos abajo de una de una agrupación de mi carrera. Igual nos duró como tres minutos, porque en seguida se quedaron estancados por ahí, y nosotras decidimos seguir viaje.
Al lado nuestro, durante gran parte del trayecto, venía una nena que no tendría más de seis u ocho años y que se había hecho su propia pancarta: Con Jovis de todos colores y la letra todavía un poco chueca, había escrito "Nunca Más Hambre".
Fuimos un buen trecho al lado de la columna de madres y su bandera larga con las fotos de los desaparecidos.
La verdad que oir a miles y miles y miles de personas cantar todas juntas te hiela un poco la sangre. Al menos a la gente del Tupper, como yo.
Llegamos a la plaza, bah, al Cabildo, porque más de eso no hubo forma de avanzar, justo a tiempo para escuchar la carta abierta de Rodolfo Walsh. Me impresionó muchísimo que algunos pasajes siguen tan vigentes, que las que llegaron más tarde y no llegaron a oir el principio pensaron que era un discurso de hoy.
Nos fuimos unos minutos antes de que pasara lo de las Madres, que no las dejaron hablar. Que vergüencita ajena, Dios. Qué tan difícil puede ser ponerse de acuerdo en repudiar lo más horrible que nos pasó como país y ya?? No se puede por una vez dejar de lado los matices????
Bueno, que sé yo. Yo me quedo con la versión que dice que, a pesar de ese episodio lamentable, esta tarde fuimos cien mil personas reunidas en la plaza, y fue una tarde recordable.