MiS (sí, el plural es una novedad) trabajos implican últimamente que viaje mucho, pero mucho en colectivo, subte, taxi, remis, lo que venga.
Ya ni intentemos hablar de lo llenos que me tienen los ovarios González Oro y su troupe desde las radios, los intentos berretas de levante, los paseos que me como porque no me hacen caso con las instrucciones que doy, los consejos no solicitados (en una semana me recomendaron que cambie de trabajo, de destino de vacaciones, de preferencias musicales y de novio, a qué de todo eso le hago caso?), el tránsito, blablabla, los comentarios fachistoides-con-olor-a-represión (gracias Kapanga!) ante cada manifestación, piquete y demás -premio Terminator de oro al que expresó su deseo de rociar con kerosene una protesta de docentes- y otras yerbas; ahora además temo por mi vida.
Dos muestras gratis para que comprendan de lo que hablo:
Muestra gratis UNO:
Señora tratando de ponerle buen humor a un viaje de madrugada lluviosa con el colectivo exageradamente saturado de gente le dice al señor conductor: -"Ay, que lindo sería que tuviera un botoncito para apretar y que ande solo, no?"
Señor conductor (sin expresión en su voz y sin levantar la mirada): -Sí, el acelerador.
Muestra gratis DOS:
Señor taxista: -Escucho como un ruido en el motor, cuando termine tu viaje voy al mecánico.
Yo: -Querés ir ahora, y tomo otro taxi?
ST: -No, no, está bien, después voy.
(Viaje continúa y llega felizmente a término)
ST: -No te podés quejar, eh? te traje casi sin frenos!