Hoy a la salida de la facu, un señor de unos 60 y pico se me acercó. Pensé que me iba a dar un folleto de los de ayuda psicológica que regalan a mansalva en la puerta de Sociales (deben saber que realmente nos hace falta, los muy turros!). Pero no: me ofreció tres pseudos-librito-folletines, que había preparado él mismo con los siguientes títulos: “El amor y el vínculo amoroso” (compilado de lo que dicen diferentes pensadores sobre el amor), “Martin Heidegger” y “Jean Paul Sartre”. Y están Buenos!!!! La verdad es que no sé si copió textual o hace su propia interpretación de lo que leyó, lo lamento pero debo confesarles que nunca leí a Heidegger ni a Sartre.
Les paso un par de párafos del de Heidegger para que se angustien conmigo:
“La existencia humana no es siempre una cosa igual a sí misma. Se comporta de sendas maneras: una impropia y otra auténtica.
La impropia es la existencia vulgar, corriente de los hombres, que entregados al fárrago cotidiano se dispersan en ella.
En la existencia impropia, el hombre vive una vida superficial, desviada de los hondos problemas del existir.
En la existencia impropia, el hombre es un ser disuelto en lo social, neutro e impersonal. La responsabilidad desaparece, diluida en lo exterior. (...) El sino de la vida vacua, banal, es allanar todas las posibilidades de existencia, suprimir lo inquietante. Se esquiva la muerte disimulándola, convirtiéndola en una ceremonia, en un acto social, en un hecho que les ocurre a los otros. La existencia banal busca la seguridad y desvía al hombre de la angustia que está en la entraña del ser.
En cambio la existencia auténtica es aquella en que el hombre se encuentra a sí mismo y descubre la esencia de la existencia. El hombre ya no se desvía de su propio ser, ya no trata de buscar soluciones nimias, triviales, asumiendo sus ineludibles responsabilidades. En la existencia auténtica es preso de la angustia. La angustia no es el miedo al peligro concreto, miedo que puede experimentarse en la vida banal, no es preocupación, conflicto por alguna cosa determinada. La angustia es el sentimiento que oprime el corazón, que sobrecoge el espíritu cuando este se asoma al abismo de la nada, cuando siente la posibilidad de su propia muerte. (...) Por medio de la angustia descubre el hombre la nada”.
Y??? Cuál prefieren, eh?? A ver quién es pulenta y elige!!!!
Aguante el señor de la puerta, cuyo seudónimo es el título del post de hoy.