
Está bien, fue separada de su madre apenas nació.
Y la recibió una chica que, con todo su amor pero de manera un poco caótica, la crió llevándola de acá para allá con dos más, dándole un poco de mamadera a cada uno de vez en cuando.
Así sobrevivió un poco de cariño y un poco de culo su primer mes de vida.
Cuando llegó acá a casa, pensamos que era un varón, y como tal la tratamos más de una semana, y para colmo de males le pusimos nombre de sindicalista.
Le pusimos un moño al cuello, le regalamos una manta y sale con fritas, nadie se preocupó mucho más.
Después nos enteramos que era nena, y así fue que adoptó el nombre de mi bisabuela.
Le fuimos dando un poco de su alimento especial y otro poco de lo que quedaba, que ella siempre come como si fuera la primera –o la última- comida de su vida.
Y acá en casa tampoco es fácil la vida, hay que reconocerlo. Le verdad es que estamos todos altamente chapita y para colmo en distintas direcciones.
Está bien, yo entiendo que su vida no fue fácil, pero a ustedes les parece que eso le da derecho a Herminia a ser la terrible hija de mil putas que es??????
Nada de esas teorías de que las mascotas se parecen a sus dueños y esas cosas, porque hemos criado generaciones enteras de animales y nadie nos había salido tan cucurucho.
No se puede invitar gente, porque sistemáticamente intenta masticar a alguien.
No se puede tener plantas, porque se las come (creo que si están florecidas le gustan más), o bien, duerme la siesta sobre ellas.
No se puede dejar vasos llenos a su alcance, porque hay un 99% de probabilidades de que lo vuelque, en lo posible sobre la revista que todavía no leíste o la cuenta que todavía no pagaste.
No se puede dejar ropa colgada, porque te baja los calzones en la boca como si fueran presas de casa y te los desparrama por todo el living. Bah, para lo que importa, si total ya nadie se atreve a visitarnos, todo queda en familia.
No se puede abrir ninguna puerta, porque se acovacha donde no podés alcanzarla con el secreto (bah, ya no tanto) propósito de salir cuando te distraigas a destruir todo lo que halle a su paso.
Y sin embargo, lo peor de tooooodo lo que hace es hacer esporádicamente ataques de amor, en los que se friega por los brazos y las piernas, te lame la cara (sí, como un perro) y ronronea como loca, solo para matarnos de amor aunque sea por un rato y salvarse, una noche más, cual Sherezada, de que la achuremos.
Y a pesar de todo, nuestra gata, HERMINIA, es la más hermosa de todas...
Como te amo, Ninita!!!